El arte y el sexo

















El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores. ¿Y no están de acuerdo con Woody Allen? Parece que nos empeñamos en hacer las cosas siempre por algún motivo, parece que buscamos una explicación a todo, incluso a las necesidades más primitivas del ser humano, relativicemos todo un poco, ¡Coño! Ya se que los más puristas en la materia habrán huido despavoridos viendo como puede acabar el tema, pero es así, nuestro cuerpo está construido a base de células y de mecanismos nerviosos que no entienden de semántica, solamente entienden de placeres, de roces carnales, y para ello se inventó el sexo, para mi el décimo arte, no por la composición de las figuras sino por la ejecución de los movimientos, la acústica, la habilidad para tocar el instrumento y hasta el olfato, lo sé, el registro coge una velocidad de vértigo y parece que vamos a llegar al clímax, por eso, como les decía antes a los más puristas, marchen de la sala antes de que les salpique todo.

Algunos pensarán que con estas declaraciones trato de infravalorar al amor, pero al contrario, lo elevo de categoría, pues afirmo que el sexo es diario, es instintivo y el amor requiere una preparación, un ensayo y unas figuras retóricas que nos hemos marcado, es más, les doy la razón, el sexo, si es con amor, alcanza cotas de satisfacción más altas, pero eso no quita que la práctica de sexo sin amor también sea satisfactoria, muy satisfactoria diría.

Los cuerpos son elementos perfectos, y hechos para un encaje de piezas adaptable, la vagina es un elemento de placer regulable que busca la apertura en función del placer, ¿No es sorprendente? Ni la mecánica del automovilismo, ni la astronomía ha conseguido elementos tan perfectos como cuerpo humano y eso es lo que hace grande al sexo, el hombre y la mujer tienen unas necesidades nerviosas, y estas han de ser resueltas, unas tensiones internas que han de ser expulsadas, pero para muchas personas este tema es un tabú, es un asunto de groseros y de golfos y se llega a la certeza que los amantes del sexo son auténticos depravados, nada más que excusas basadas en engañarnos a nosotros mismos. El sexo nos enseña a ser pícaros, a improvisar, a hacer cosas sin sentido y esa es su grandeza, que cuando acabamos de tener una relación sexual nunca nos preguntamos el porqué, es imposible explicar el porqué, es como la sed o el hambre, pero más poético, más idealizado, y es que como ya les dije más arriba, es un arte.

Se me olvidaba, el sexo es también una herramienta de procreación humana, necesario para la evolución de la especie, me centré tanto en los placeres del sexo, ¿Por qué será? Y me olvidé de ese apunte, ya ven, si no le convencían los argumentos tan carnales háganlo por la humanidad, súmense a esta maravillosa orgía de promiscuidad.

 
Meditando © 2012 | Designed by Bubble Shooter, in collaboration with Reseller Hosting , Forum Jual Beli and Business Solutions