Me cansan los discursos patrioteros, lo admito, no porque sea apátrida si no porque creo que cuando un político mezcla la bandera, los sentimientos y el devenir político de un pueblo lo que está haciendo es distraer al ciudadano, principalmente al más débil y golpeado por la crisis, de los problemas reales y de la mala gestión realizada.
Esta táctica provoca en muchos ciudadanos un cierto Síndrome de Estocolmo, pues desarrollan actitudes de admiración o casi divinificación a personas que en realidad son los culpables directos de la crisis, pues con sus recortes en educación, sanidad o pensiones, deterioran la calidad de vida de sus ciudadanos. Pero ese ciudadano, desesperado y que lo ha perdido todo, necesita una válvula de escape y ve en la bandera y en el mesías de su líder la salvación y la tierra prometida, el fin de todos los problemas y la eterna realización personal, por eso, ese ciudadano sale a la calle, y lleno de esperanza e ilusión se envuelve en un trozo de trapo llamado bandera y grita las consignas que le dice su amo, el mismo que encabeza esa manifestación y que a la vez hace los recortes. Paradójica situación.
Muchos me preguntaréis. ¿Cómo han logrado eso? Para llegar a ese escenario, el nacionalismo, o lo que es lo mismo, la burguesía del lugar mediante su aparato mediático y propagandístico, ha inoculado al ciudadano haciéndole ver que todos los problemas son culpa del vecino, o de Madrid para ser más explícitos, han inventado un enemigo externo que nunca había existido, han llevado al pueblo a una especie de paranoia persecutoria y les ha dicho a sus ciudadanos que son tratados injustamente, que se les odia, se les insulta y que no se les quiere, y para ello no han dudado en utilizar la más absoluta manipulación mediática y también emocional, ya que han tocado la fibra de muchos ciudadanos con un discurso que mezcla lo místico y lo irracional, y adornado siempre con términos como libertad, derecho a decidir, democracia, independencia, etcétera. Palabras que suenan muy bien para cualquier ciudadano, aunque no sepan lo que significan, pero que son complicadas de rechazar, ya que todo el mundo quiere libertad y prosperidad. El nacionalismo se ha apropiado del lenguaje.
Expliquemos que significan estas palabras y cómo han sido manipuladas.
-Libertad: Los nacionalistas han conseguido colar al ciudadano la teoría de que la libertad es luchar por una patria o bandera, cuando precisamente es todo lo contrario, la libertad no entiende de banderas o patrias, pues son conceptos artificiales todos ellos, que por supuesto, se les puede tener estima, como se le puede tener estima a un cuadro de Picasso, pero luchar o "dejarte la vida" por una bandera como pretenden los nacionalistas es precisamente el mayor acto de vasallaje y esclavismo, es decir, todo lo contrario a la libertad. La libertad es pensar, leer, escuchar, aprender y el nacionalismo, sea del color que sea, no te proporciona eso, más bien lo contrario, te coloca una venda en los ojos, te proporciona incultura y da consuelo a los estúpidos.
-Derecho a decidir: Artur Mas (CiU) y sus allegados se cubren de gloria cuando dicen con cierto tono de perdonavidas "no tengan miedo a la voz del pueblo catalán" o "el pueblo ha de decidir su futuro" así como frases del estilo. Cada vez que las dicen, admito que se me escapa la risa. Si de verdad Artur Mas creyera en la voz del pueblo habría preguntado si los catalanes estábamos de acuerdo con los recortes en educación, o en sanidad, o podría haber preguntado a los mayores qué les parecía el copago (o repago) de medicamentos. ¿No? Si tanto le importa que el pueblo decida, que hubiese preguntado, pero claro, ahí está la trampa de los nacionalistas, el pueblo solo decide en cuestiones de bandera e identidad, lo demás es superficial para ellos. ¿Desahucian a una familia? No pasa nada, eso no es relevante, lo importante es que la bandera luzca limpia en el balcón y yo estire mi mano con los cuatro dedos alzados, signo de la máxima libertad. ¡Qué pena! Además, hay que hacer un matiz, el derecho a la autodeterminación del que hablan los nacionalistas es un principio que recoge Naciones Unidas para aquellos países que fueron colonizados, ya sean de África, América o Asia, y aquí, por mucho que repitan una mentira mil veces, nunca se ha producido tal invasión ni colonización. Y añado, como bien dice la Constitución, aprobada también por los catalanes, la soberanía recae en todos los españoles, y por tanto cualquier tema que afecte a la misma ha de ser votada por todos, claro que esto Artur Mas no lo explica, y se basa en la voluntad (curioso concepto) como antítesis a las leyes, es decir, que uno actúe tal cual le venga en gana, que la ley puede decir misa. Curiosa (y peligrosa) forma de entender la democracia.
-Expolio económico: Aquí está la gallina de los huevos de oro del nacionalismo, atrás quedan las reivindicaciones culturales, es el momento de sacar a colador el discurso económico aprovechando la coyuntura. Este discurso es demagogo, además de egoísta, ya que asocia territorio y economía, y hay que dejar claro que Cataluña no paga impuestos, quienes los paga son sus ciudadanos, y todos sabemos que no es lo mismo un vecino de Pedralbes que uno de Rubí, pues seguramente el primero tenga una renta muy superior al segundo, así como las preocupaciones del día a día de uno y otro serán muy diferentes. Lo que ha logrado la burguesía del lugar, y me quito el sombrero por ello, es que el vecino de Rubí que está en el paro, insulte al jornalero andaluz, que también está en la penuria económica, en muchos casos este jornalero y el ciudadano de Rubí comparten hasta el mismo apellido, y mientras tanto el de arriba, el culpable de todo, sale completamente indemne de sus recortes, y no solo eso, recibe en muchos casos el apoyo incondicional del pobre vecino de Rubí, que lo aúpa para que cada día sea más rico.
Ya lo dijo Orwell, al final acabaríamos viendo a nuestros enemigos como amigos, y viceversa. Lo cierto, y siguiendo con el tema económico y fiscal, la mejor distribución es aquella en la que los más ricos pagan más, y no hablo de territorios, si no de personas, así como no hay mayor justicia social que perseguir el fraude fiscal y la evasión de capitales, y por tanto no creo que Convergència i Unió sea el más indicado para hablar de expolio económico, cuando ellos han saqueado instituciones como el Palau de la Música o se han financiado de forma irregular con el sonado Caso de las ITV que afecta al hijo del intocable Jordi Pujol. Lo sé, ahora diréis, entonces ¿Por qué el pobre vecino de Rubí confía en esa gente? Porque para ese pobre vecino, que se ha creído todo el discurso, los Pujol y cía son gente oprimida y perseguida por la perversa España que les hace la vida imposible.
-Identidad catalana: Lengua, historia o sentimientos. Aquí los nacionalistas han manipulado todo lo que han podido, han intentado que los ciudadanos tengan que elegir entre sentirse españoles o catalanes, como si ambas cosas fueran incompatibles. Han utilizado hechos como los de 1714 entre las tropas borbónicas y los austracistas en la toma de Barcelona como una especie de Cataluña contra España, y han dibujado a Rafael Casanova como su mártir. Si ese pobre hombre levantara hoy la cabeza no daría crédito a las cosas que se dicen de él. Es cierto que toda la historia se manipula, seguramente Colón fuera genovés o el Cid un pobre miserable y no un héroe, estamos de acuerdo, pero cuando se utiliza la historia para enfrentar, esta no tiene cabida en una sociedad democrática, y más cuando en aquella época el sentimiento nacional no existía tal y como lo conocemos hoy, los ciudadanos eran simples súbditos de un rey, y este, que utilizaba al pueblo como esclavo, se dedicaba a pelear contra otros reyes para conquistar así territorios. Pues bien, 300 años después los nacionalistas pretenden que defendamos eso.
Pero hay más, desde los sótanos nacionalistas se cocina la hostilidad contra todo lo que suene a español, en muchos casos incluso se intenta dibujar al castellano como una lengua forastera e impuesta, no negaré que Franco fue hostil al catalán, pero de ahí a decir que el castellano es algo forastero va un trecho. Ese nivel de hostilidad se da en muchos ámbitos, muchos periodistas, políticos o artistas han sido amenazados por discrepar del régimen, y perdonen que lo llame así, pero es que por momentos ciertas actitudes me recuerdan a regímenes del pasado. Y hasta el fútbol, exento de estas batallas también se ve impregnado cuando el periodista de turno de la televisión del régimen, es decir TV3, nos invita a presenciar un Cataluña-España cuando en realidad lo que se disputa es un FC Barcelona-Real Madrid, pero, ¿De qué guindo se habrá caído ese periodista? Desgraciadamente lo hace a sabiendas, busca el conflicto donde no existe, en Cataluña existen aficionados que son del Real Madrid, muchos, y del Espanyol, y de otros equipos, y personas a las que no les gusta el fútbol y también muchos culés, como yo, hartos de que se politice el fútbol. Así como en Madrid hay muchos culés que al oír ese tipos de cosas quedarían muy descolocados.
Así es el nacionalismo, todo nacionalismo, da igual que sea catalán, vasco o español, cuando una sociedad se olvida de los problemas reales, olvida la existencia de clases sociales y olvida de lo que significa la democracia, el debate o la opinión y únicamente vive por y para una bandera o trozo de tierra, esa sociedad está condenada al fracaso, si únicamente te van a valorar por tu catalanidad realmente no merece la pena formar parte de esa sociedad tan simple e ignorante. No me hace falta demostrarle a nadie mi catalanidad, ni tengo necesidad de colocar un trapo en mi balcón, prefiero explicarle a mi vecino lo que significa la prima de riesgo o pelear para que no recorten al colegio que tengo en frente de casa. Además de que el nacionalismo nos sale muy caro, un día escribiré de esto para no extenderme más, pero si dejáramos de destinar dinero a las embajadas y a toda la "construcción nacional" de Cataluña, quizás no habría que cerrar hospitales o pagar céntimos sanitarios, pero lo dicho, no quiero extenderme más en ese tema.
En resumen, si piensas que lo más importante es Cataluña, vota a CiU el 25-N y serás feliz, muy pobre, pero muy feliz. Si por el contrario te importan los ciudadanos, evita darles la mayoría absoluta, y no temas a los tanques, sé que algunos desearían verlos para poder hacerse la víctima, como siempre hacen, teme más por la pensión de tus padres o abuelos, o por la beca que no vas a recibir. Es más importante.