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Si está deprimido. ¡Hable con su economista!

jueves, 27 de octubre de 2011


Que me perdone el gremio de los psicólogos, pero a día de hoy creo que un economista está más preparado para entender a las personas y cambiarlas, que no un psicólogo. ¿Por qué? En toda época hubo alguien que entendió a la sociedad, la transformó, la guió, le inyectó valores, la corrigió y en muchos casos la utilizó para fines propios, como las guerras.

En tiempos pasados fue la iglesia, quien utilizando a un pueblo totalmente fiel a un Dios o doctrina, los movía según los criterios que en esa época se establecían, en otras épocas este poder se diluyó, debido a la fuerza de la nobleza, la burguesía o incluso las dictaduras, donde un líder, venerado por el pueblo establecía que era lo bueno y que era lo malo. ¿Y quién nos inyecta hoy los valores? ¿Los psicólogos? ¿La iglesia? ¿Nadie? Hoy los valores vienen establecidos por el poder financiero, la sociedad es totalmente individualista y materialista, aún incluso en tiempos de crisis (económica), prácticamente todo se hace por dinero y por tanto, el psicólogo de este siglo, o entiende las relaciones económicas o ya puede abandonar su oficio, pues el ser humano tiene un nuevo Dios que se escribe con dígitos, un Dios que no impone valores como la gula, la pereza, la soberbia o nos dice que la familia ha de estar unida, sino que habla de valores nuevos como ser emprendedor, el bienestar, la austeridad, el crecimiento, la satisfacción del consumidor o la propiedad privada. 

Si hoy preguntamos a una persona en edad adulta y con la cabeza amueblada sobre que le haría feliz nos dirá, poder pagar la hipoteca, seguir fijo en ese empleo o sencillamente que haya un Estado detrás que pueda atender sus necesidades, otros irán más allá y exigirán poder viajar o poder comprar un coche como garante de su libertad personal, y luego estarán los que exigen traje, corbata y móvil. Una sociedad en la que todos, en menor o mayor medida nos hemos dotado de un patrimonio material y que lo consideramos parte de la familia, donde la realización personal (como me gusta esta palabra) es en muchos casos la imitación de unos ídolos musicales, deportivos o televisivos, así como también los ejemplos a no seguir también son de esa farándula mediática, no olvidemos que todo ello está controlado por el poder financiero. Por tanto, ya no queremos ser el perfecto obediente que asiste cada semana al rezo para demostrar su compromiso a la figura divina, ahora nos compramos esa colonia que anuncian para así marcar nuestro estatus social y dejar clara nuestra forma de ser.

De nada sirve que le hayan explicado los procedimientos químicos y mentales del cerebro y le hayan inculcado lo que era correcto o no en tiempos de Descartes o Kant, olvide eso, lance sus apuntes de psicología y filosofía, no tienen valor alguno, si quiere transformar la actual sociedad primero deberá conocerla, y me temo que muchos no la conocen, por incapacidad, por falta de estudio o por ignorancia cognitiva.

Al fin y al cabo todos somos parte de este sistema capitalista, y quizás no todos tenemos al mismo Dios como referente, somos politeístas como lo fueron los griegos, pero ahora, en lugar de Zeus o Poseidón, nos peleamos sobre si Apple o Android nos ofrece un mejor sistema operativo, sobre si el FC Barcelona o el Real Madrid jugó mejor esta jornada o sobre si Cristiano es mejor que Messi (permítanme discrepar como apasionado futbolero). Discusiones pasionales que si fueran oídas por un niño del cuerno de África le provocarían una carcajada de lo totalmente estúpidas e irrelevantes que son, pero es ésta y no otra la sociedad en la que nos ha tocado vivir y que día a día, unos más y otros menos, alimentamos y mantenemos, porque no seamos hipócritas, hay quienes se declaran contrarios al capitalismo y expulsan sus vísceras contra el mismo y al mismo tiempo no escatiman en comprarse el último modelo de iPhone o desearían tener dinero para gastarnos como todo buen nuevo rico, ejerciendo por tanto como capitalistas sin llegar a saberlo, lo que es incluso más grave, pues estos serían los más fieles del credo.

Atención, no quiero que mi artículo se lea como una crítica al sistema actual, esa opinión me la reservo para otro día, y requiere un análisis más profundo, sólo constato la realidad, el formato de vida de las sociedades occidentales y por ende del gran parte del planeta, así que ya saben, si están deprimidos o quieren respuestas a sus preguntas vayan a quien entienda la actual sociedad, a quien domine las variables financieras, a quien le sepa calcular el Euribor, ése será su psicólogo pues comprende el mundo en el que vivimos y en parte puede transformarlo. 

Invierta en amor. Es rentable

jueves, 20 de octubre de 2011


Hoy nos levantábamos con la noticia de que una agencia de calificación ha bajado a nuestro país la nota, es decir, nuestro atractivo económico, a ojos de muchos inversores ha caído de nivel y por tanto se fijan menos en nosotros a la hora de depositar sus dineros. ¡Anda! ¿Qué coincidencia? ¿Cuántas veces nos ha pasado esto a lo largo de la vida? Seguro que muchas, ya que en la ciencia de enamorar o atraer a otras personas hay ciclos cambiantes, volatilidad, subidas de infarto y recesiones continuadas.

Como economista, mucha gente me pregunta, ¿Dónde invertir en tiempos de crisis? ¿En la bolsa? Mala inversión, en lo que llevamos de año hubiese perdido bastante dinero. ¿En oro? No, el precio tocó su máximo y ya no va a subir más. ¿En vivienda? No, no se precipite, el ladrillo se acabó. La respuesta es sencilla, invierta en amor, los índices bursátiles de este elemento están al alza por una razón muy sencilla, el mercado está equilibrado, es decir, la demanda de amor es correspondida por una gran oferta y por tanto el precio es atractivo, es hora de comprar amor en el parqué de la vida, y hágalo confiado, deposite sus ahorros ahí, las previsiones a medio y largo plazo son muy optimistas, claro que no especule, pues ya sabe que el exceso de ambición, que los clásicos llamaban gula, le puede llevar a una mala digestión.

Es una inversión que requiere un capital inicial, pero muy bajo (lo que en el argot popular se conoce como "arreglarse un poco") y una única condición, creer en lo que estás haciendo. Si te has preparado con esos dos elementos, es tu momento, se realista, trata de buscar tu mejor valor del índice bursátil e intercambia valor, seguramente te marques unas previsiones al alza y luego el mercado corrija tu tendencia, no pasa nada, ahí interviene la fuerza del mercado o las previsiones del momento, al final merecerá la pena, la vida le ajustará un valor y le habrá salido más que rentable.

Ahora los que habéis invertido en esta acción me preguntaréis, ¿Cuáles son las claves para estimular este crecimiento? Es una pregunta complicada y todavía me estoy licenciando en el mundo del amor, así que mi respuesta es, sea sincero y feliz, disfrute del momento y no renuncie a lo que es, comparta ilusiones, llore, ría, tenga pasiones, equivóquese y acierte, hágalo todo a la vez y su acción será más rentable, lo que traducido al mundo de la economía sería, aportar más liquidez al dinero, al mismo tiempo trate de gestionar bien las fluctuaciones (que las va a haber), osea, ante una fuerte subida de sus emociones, contrólelas, y viceversa para momentos de bajón o de tristeza, no se hunda, si sabe o al menos intenta controlar esas variaciones habrá dado un paso muy importante.

¿Y si nadie me compra? Quizás es porque están muy sobrevalorados o porque han lanzado una OPA muy hostil (los más "tiracañas" del lugar) y la otra persona se ha sentido agredida, traten de comprar en pequeñas dosis, no paguen directamente con la VISA Corazón, paguen en metálico, pero no se hipoteque pues luego seguirá pagando las consecuencias aunque ya no tenga vínculos con esa persona, no hay que tener prisa, pues cuando menos lo espere le llegará el momento, cuando deje de mirar los gráficos día a día es cuando alguien comprará su acción amorosa y querrá compartir contigo un ciclo ascendente. Muévase, pero sobretodo mueva su corazón para que éste sea cada día un poco más rico.

Y por cierto, no hagan caso a las agencias de valoración, muchas veces opinan sin saber o lo hacen para influir negativamente en nuestro estado de ánimo. ¡Compre! ¡Compre!

Nunca estaréis solos

martes, 18 de octubre de 2011


No tiendo a tener ídolos, ni a divinizar a nadie, de hecho nunca he tenido un póster en mi habitación, salvo uno de Spiderman, cosas de la edad. Soy amante de lugares, de ideas o de procesos, pero rara vez canalizo todo mi amor hacia una figura con forma humana, por muy importante que ésta sea. Sin embargo estos días no puedo esconder mi admiración y fascinación por unos auténticos héroes, unas valientes personas que han padecido el asesinato de sus seres queridos, o directamente han vivido en sus carnes la extorsión y las amenazas de una banda de asesinos, que, en nombre de la pureza racial y los delirios nacionalistas de un tal Sabino Arana, han sufrido lo insufrible y todavía hoy mantienen las secuelas.

Sé que soy uno más, un ciudadano anónimo, un demócrata sin relevancia alguna, pero quiero desde mi distancia enviar todo mi afecto a estas personas, que estos días están viviendo la mayor humillación de sus vidas, pues el Gobierno Vasco (en manos del PSOE) y una parte de la izquierda española les pone a la misma altura que los asesinos de ETA. Aunque tengáis miedo y sintáis la soledad institucional, sabed que hay un pueblo entero que os apoya por encima de siglas políticas o asociaciones, y que somos muchos los que nunca nos rendiremos ante el chantaje de las pistolas y el lenguaje retorcido que los nacionalistas practican, y comos vosotros, también en un silencio espectral, nunca sucumbiremos al miedo, estad tranquilos pues estamos dispuestos a llegar a las últimas consecuencias.

Porque no se engañen, en el País Vasco no hace falta la paz, pues no hay dos bandos disparándose por las calles como si sucede o sucedió en Israel o Irlanda, por tanto no hay un conflicto que solucionar ni contrapartidas que dar a nadie, lo que hace falta en las tres provincias vascas y en su imaginario país llamado Euskal Herria (donde incorporan Navarra y el sur de Francia) es libertad, ocho palabras de sencilla pronunciación que a muchos les cuesta asumir, porque en el País Vasco unos han asesinado, matado y extorsionado, y otros han llorado los muertos, han vivido con miedo y no han podido desarrollar su vida en igualdad de condiciones, por eso me opongo al lenguaje de los etarras y su calculada ambigüedad donde para ellos el Estado practica también la violencia mediante la policía y los jueces, pues aquí no caben matices, y si quieren solucionar ese conflicto del que ellos hablan deben de dejar las armas, acatar la legalidad y pedir disculpas por el daño hecho. Así sin más, y si no aceptan la legalidad no hay más camino que perseguirlos como hasta ahora y derrotarlos con todos los instrumentos que un estado tiene a su alcance, así que asuman las consecuencias y sean claros en sus declaraciones, vuestra credibilidad está por los suelos y sólo queda un camino, vuestra liquidación. Depende de vosotros, la pelota está en vuestro tejado. 

En definitiva, la mal llamada "Conferencia por la Paz" celebrada ayer en Donostia-San Sebastián es un despropósito, donde unos por afinidad como Gerry Adams (IRA) y otros por desconocimiento como Kofi Annan, se reúnen para hablar de un conflicto que no existe, para buscar la paz donde no hay guerra y para pedir amnistía a los presos "políticos", nótese el entrecomillado, pues matar a una persona inocente sea del PP, del PSOE, un juez, un profesor o un simple viandante que por allí pasaba, nunca puede ser considerado un crimen político, y lo peor de todo no es que estas personas foráneas al tema asistan, lo grave es que el PSOE vaya a ese encuentro y le haga el juego a una banda terrorista, Desde mi punto de vista, lo sucedido ayer fue una traición a la democracia y al ánimo de todo un país, harían bien algunos en pedir disculpas, no a todo el pueblo, pero si al menos a las víctimas directas de unos asesinos que se creen poseedores de la vasquidad absoluta. No hablo del PNV y de determinado credo vasco, quienes con sus silencios y ambigüedad han alimentado el discurso de ETA.

Dice el refranero vascuence: "Gezurtiak zer duen merezi? Egia esatean ez sinetsi" (en castellano, ¿Qué merece el mentiroso? No creerle al decir la verdad.) ¡NO a ETA!

Háblame con la mirada

viernes, 14 de octubre de 2011


Dicen que la mirada es el reflejo del alma, y aciertan. Ya desde pequeños, cuando todavía no sabemos articular palabras ni tenemos conocimientos técnicos, nuestra mirada expresa lo que nuestra voz o nuestros gestos son incapaces de expresar, y por suerte, la mirada es un idioma internacional que no requiere de estudios ni hemerotecas, una especie de código con el que la humanidad se ha dotado para poder comunicarse de forma básica.

Es la mirada de ese niño con los ojos abiertos que nos muestra las ganas de ver el mundo, de conocer y de crecer, son las lágrimas que vierten de los mismos los que canalizan momentos de tristeza, rabia, impotencia e incluso alegría, son las pupilas dilatadas las que muestran nuestros momentos de placer y de amor hacia alguien, es la mirada fija la que muestra incredulidad por algo, es la mirada baja y fruncida la que nos muestra enfado y querer marcar terreno, son nuestras pupilas, las que moviéndose de un lado a otro nos muestran si decimos la verdad o mentimos, en definitiva, nuestros ojos son una combinación de elementos químicos que informan al receptor de nuestro estado de ánimo, y lo mejor de todo es que no los podemos controlar, eso hace que los ojos nunca puedan mentir y sean la parte más sincera de nuestro cuerpo humano.

La mirada tiene dominados y dominadores, quien domine la misma puede conquistar nuevos espacios ad eternum, en cambio, quien no tenga esa capacidad será absorbido por otra fuerza ajena y será incapaz de marcar su territorio. Cuando conocemos a alguien que nos atrae queremos buscar en sus ojos la respuesta a nuestras preguntas, somos inteligentes y prácticos, por eso recurrimos a la verdad en lugar de pasarnos el día con absurdas preguntas como el tradicional "¿Merece la pena luchar por ella?", por eso con valentía la miramos a los ojos y tratamos de mantener la mirada, intentamos vencer, al tiempo que la poseemos (el ser humano es posesivo por naturaleza), como en un combate de gladiadores, y en un frío secular que muchas veces nos rodea, perdemos toda orientación del espacio y del tiempo y quedamos atónitos por dos pupilas que hacen las veces de oráculo, es fascinante cuando las dos miradas chocan, cuando su mirada también se mantiene, esos segundos (o minutos) donde el silencio es comunicativo y donde nos decimos todo lo que somos incapaces de decirnos con la morfología de las palabras, nos decimos amor sin mostrarnos el corazón y es entonces, cuando un pequeño balbuceo de la pupila muestra nuestra inquietud, un guiño a viajar y movernos que provoca en la otra persona una sonrisa suave, es decir, ha entendido el mensaje, sabe que el movimiento de los ojos significa ganas de pasión, sabe que nuestras pupilas dilatadas muestran debilidad, y por mucho que nos de vergüenza decirlo, nuestros ojos nos han delatado.

Los ojos nunca cambian, como el código genético de una persona, es el patrón que nos identifica, y nos damos cuenta con el paso del tiempo, cuando volvemos a ver a esa persona que hacía tiempo no sabíamos nada y la miramos a los ojos, y vemos que nada ha cambiado, situaciones personales al margen, sus pupilas siguen siendo las mismas. Hace unos días miré a los ojos a una persona con la cual había compartido muchos momentos, vi sus ojos, los de siempre, pero los vi fríos, entendí que el tiempo había pasado y que además de mis ojos lagrimosos fruto del recuerdo y la nostalgia, fuera había llovido mucho, tanto que me costaba entender su mirada, pero comprendí que era ella. -Todo pasa muy rápido- Pensé. Y al salir de allí me había olvidado de la conversación, pero no de su mirada, pues esto último nunca se olvida.

Hablen más con la mirada y dejen que sus ojos aprendan a vocalizar.

Sie Kikinshka. "El hombre del traje metafórico"

viernes, 7 de octubre de 2011

Meditando con Sie Kikinshka

Nació en aguas internacionales y actualmente vive en países metafóricos. A sus casi 24 años este historiador de arte por la Universidad Autónoma de Barcelona se define así mismo como escritor, astronauta, amante y jardinero de nuestra mente. Profesa el egoteísmo como forma de vida y entre sus citas nos asegura que "Todo lo que nos atormenta tiene un paraguas". Está apunto de lanzar su primer libro, "Lisboa y las flores metafóricas" y queremos compartir el momento.

"Los mejores actos de terrorismo se han hecho en la cama"

¿Qué fue antes, usted o la metáfora, la metáfora o usted?
Puedes tratarme de tú, nos conocemos desde hace demasiado, pues si te soy sincero yo y la metáfora somos como dos organismos vivos que se ayudan entre si en una simbiosis literaria, somos irreductibles si colaboramos juntos, el problema es cuando no nos ayudamos y nos destruimos el uno al otro.

¿Cuál es su mayor fobia?
Tengo muchas fobias y miedos pero todas ellas son ramificaciones de la realidad, si te dijera alguna sería una mera especulación falsa, pues no coexisto con el miedo real sino con el irreal.

¿Y un defecto confesable?
Soy muy poco confesable o mejor dicho explícito, pero te diré la metáfora de ese defecto: Un hombre en llamas besando a una chica de gas propano.

¿Por qué deberíamos de leer su libro?
No lo deberíais leer.

Curiosa respuesta. ¿En los momentos de tormenta, te acompañó el paraguas?
Siempre, aunque a veces es difícil encontrarlo y hay que pedirlo prestado a otras personas o comprarlo de segunda mano u otras veces lo abres y está roto.

¿Cuál es su referente artístico?
El pintor que pintó mi salón de azul acrílico la semana pasada.

¿Y la persona que más ha influido en usted?
Mi abuela materna.

¿Qué ve a través de sus gafas oscuras?
En realidad el color del cristal es amarillo, y no las tengo para ver sino para no ver, así que la pregunta sería ¿Qué no quieres ver a través de tus gafas?

¿Hay poco que ver ahí fuera?
Hay demasiado, pero que me interese, hay muy poco.

¿Andy Warhol o Dalí, a quién resucitaría?
Warhol.

¿El arte es ocio o negocio?
El arte es devoción.

¿Ética o estética?
La palabra estética lleva dentro la palabra ética, de hecho una cosa no puede ser estética si no es ética.

¿La locura puede ser un modo de cambiar a la masa?
[risas] En realidad la locura es la manera para hacer creer a la masa una cosa que no es, es como cuando el mago con la mano derecha hace una cosa para distraer al público y hacer el truco con la otra.

Simple curiosidad, ¿Por qué tanta referencia a su cama?
La cama es el mejor ecosistema natural jamás creado por el hombre, soy una persona que hace mucha vida en la cama, sobretodo dormir y follar, pero es mágico ese territorio acolchado, de hecho en estos momentos escribo mi tercera novela, “El ecosistema triunfal” en la cual cual hablo de ella.

¿Lo de astronauta es por qué vive en otro mundo?
Sí.

¿Y lo de jardinero?
Mi primer libro habla de flores y he pasado mucho tiempo arrancando las malas hierbas de mis páginas para dejarlas crecer y florecer y así poder ofrecéroslas en el mejor estado posible.

¿El amor es una excusa o lo es todo?
El amor son las exequias de un fraude.

¿Eso quiere decir muchos males de amores?
Te contesto cuando se acabe el sueño.

¿Un lugar (físico) para perderte?
Lisboa y las flores metafóricas también.

¿Cuál es la última necrológica que ha leído?
Desayuno necrológicas cada día pero hoy quería venir a la entrevista en ayuno como si de una analítica de sangre se tratase.

¿Se siente libre?
Me siento atado a mi manera de concebir la libertad.

¿Qué le diría a alguien que quisiera ser como usted?
"Bébete un vaso de agua".

¿En la maleta le cabe toda la semántica metafórica o lleva más en los bolsillos?
La guardo en dos pendrive, uno llamado cerebro y el otro corazón, por si algún día se pierde uno tener una copia de seguridad en el otro.

Surrealismo contemporáneo con aires castizos de Sevilla, ¿Algún ingrediente más?
No.

Gracias y suerte. 

Y para el aguerrido lector que quiera disfrutar de una dosis de metáfora en forma de regalo visual, pásese por El Tizador de Cadáveres el blog oficial de Sie Kikinshka. 

¡Hagan juego!

miércoles, 5 de octubre de 2011


El amor es como una partida de Póquer, permítanme que utilice la forma cervantina en lugar del tradicional Poker anglosajón. El azar reparte las cartas, pero somos nosotros los encargados de jugar la partida. Es evidente que no todos partimos desde la misma posición, pero una vez que el crupier reparte las cartas ya no valen las excusas, somos nosotros y sólo nosotros los encargados de saber gesticular, de mostrar o no nuestra sinceridad y de predecir e intuir lo que puede pasar, únicamente nosotros decidimos, arriesgamos  y valoramos si merece la pena luchar por esa partida o plantarnos antes de cometer errores, una mala decisión nos podría llevar a una pérdida económica y de tiempo, en cambio una buena decisión nos llevaría a recoger los beneficios.

Y es que en la vida como en el póquer hay diferentes tipos de jugadores, los hay que marcan faroles puntuales para llevarse una mano, los hay mentirosos compulsivos que siempre muestran falsos diamantes (♦) para seducirnos y que de tanto mentir acaban siendo descubiertos, los hay conservadores que sólo asisten a las partidas que ven claras y por tanto carecen de sueños, los hay que mezclan ambas formas de juego, los hay que provocan para aumentar el valor de las pujas y que en la vida real serían los que escampan rumores, y así un sinfín de jugadores con un objetivo compartido y común, ganar la partida, porque no se engañen, en el amor no basta con participar, hay que ganar la partida, y sólo puede ganar uno.

Y no piensen que una buena mano de inicio les va a llevar al éxito, quien se precipita, empuña su pica (♠) al aire y es incapaz de controlar su alegría puede provocar una reacción contraria en el resto de jugadores, aquí entrarían esos amores muy caramelosos de inicio pero que a medida que se reparten nuevas cartas el valor se va diluyendo hasta convertirse en una mano no vencedora, lo mismo sucede a los pesimistas, los que siempre alegan tener malas cartas de inicio, esa actitud de no confiar en uno mismo que provoca que el resto de jugadores se marquen faroles y acaben desanimando tu puja, en la vida real equivaldrían a aquellas personas incapaces de liderar una relación, débiles sin sueños que no confían en si mismos y se ven superados por la competencia, y es que enamorar a alguien es una dura tarea, pues el buen jugador se demuestra partida a partida, aquel que sabe gestionar los tiempos y no se precipita ante el injusto azar, quien controla sus emociones y ambiciones y quien previamente ha estudiado a los rivales de la mesa, sólo éste demostrará ser un gran jugador de póquer y podrá ganar la partida.

Sean por tanto prudentes, no apuesten todo de inicio (en inglés, All in) aunque vean que cuentan con dos ases en la mano, y traten de alternar jugadas, bonitas combinaciones como preciosos tréboles (♣) verdes de cuatro hojas que nos dejan embobados de forma que así puedan sorprender al rival, ya saben que si siempre hacen lo mismo acabarán en la monotonía y eso no gusta, reinventen jugadas, hagan escaleras, tríos y parejas, planifiquen las partidas a largo plazo y por supuesto arriesguen, sino lo hacen nunca ganarán, y siempre habrá alguien que lo hará por ustedes.

Sé que puede parecer cínico comparar el póquer con el amor, ya que se presupone que en el segundo todo es perfecto e idílico, pero como no nos hemos caído de un árbol y somos conscientes de lo que sucede, acepten que el amor es como un juego y por tanto sean estrategas, sin caer en la ludopatía, ya que los abusos nunca fueron buenos incluso en esto del amor, tampoco hagan trampas ni espíen las cartas que no son suyas ya que sino serán expulsados de la partida, así que disfruten, háganlo con cabeza, pero también con corazón (♥). ¡Hagan juego!

Ese enemigo llamado inconsciencia

martes, 4 de octubre de 2011


Hoy les hablaré del cerebro y sus profundidades, pero tengo un pequeño problema, no estudié ni química ni medicina y por tanto soy incapaz de utilizar un lenguaje técnico ni tampoco conozco las piezas de las que se compone la susodicha estructura, pero gracias a un filósofo austriaco llamado Sigmund Freud, así como a la propia experiencia trataré de desgranar el asunto.

Habitualmente los seres humanos tendemos a crear círculos afectivos y círculos de odio, nuestro cerebro va recogiendo la información, el cual de forma hábil se encarga de procesar, almacenar y borrar, hasta ahí todos de acuerdo, no descubro nada, dentro de ese proceso intervienen dos agentes, la consciencia, es decir aquello que depende de nosotros y la inconsciencia, una especie de cuarto oscuro dentro de nuestro cerebro, que sin darnos cuenta almacena esas cosas que reprimimos y las situaciones que no queremos exteriorizar, es ahí donde radica nuestro mayor enemigo y no fuera, y es precisamente el inconsciente el culpable de nuestras fobias y traumas.

Lo resumiré en un ejemplo básico y que seguro que todos hemos vivido como es el hecho de acabar una relación con nuestra pareja, la cual podemos dividir en dos fases, la parte positiva, que es el momento en que estamos juntos y disfrutamos y la parte negativa, en que decidimos cortar, esta segunda fase de divide a su vez en dos bloques, el momento de tensión directa (los porqués del final de relación, las discusiones y en algunos casos las humillaciones) y para mi la peor de las fases, la tensión indirecta, es decir, la batalla que libramos contra nosotros mismos, con un enemigo interno llamado inconsciente, el cual se encarga de recordarnos día a día lo buena y gran persona que era nuestra pareja y lo fracasados que somos nosotros ahora sin ella, ese inconsciente que piensa por nosotros y nos pone una venda en los ojos que nos impide ver la realidad. Para mi es el momento más duro de todos, por mucho que busquemos una lógica y tratemos de borrar a esa persona de nuestra mente, nuestro enemigo inconsciente no nos deja y no para de enviarnos señales del estilo, ¿Cómo estará?, ¿Con quién estará? o ¿La podré recuperar? Haciendo que tengamos necesidad de volver a saber de esa persona, y que acabemos con la frase más típica en el argot del amor, "No puedo olvidarla"

El inconsciente saca todos nuestros defectos y nos desanima, dibuja en nuestra mente una realidad inexistente y lo peor de todo es que no sabemos combatirlo, en lugar de borrar esos restos que nos quedan, los alimentamos para que se hagan más grandes, provocando una agonía que se alarga en el tiempo. Y ustedes me preguntarán, ¿Y cómo vencer al inconsciente? Una buena pregunta de difícil respuesta, ya que cada cerebro es un mundo, pero mi opinión y experiencia propia me dicen que la única forma de vencerlo es asumir que esa persona no forma parte de tu vida y no lo formará nunca más y observar el día a día, darse cuenta de que el mundo no se acaba en una persona, aprender a no depender de nadie sin tampoco caer en la soledad, si hacemos ese ejercicio tan básico y disfrutamos en nuestro día a día y tratamos de ser felices, esos restos se irán borrando y por arte de magia acabarán desapareciendo, claro que el tiempo dependerá de factores que desconozco, ya les dije que no me dedico a la medicina, por lo tanto hagan ese esfuerzo, la recompensa será máxima, y ahora me preguntarán, ¿Cómo puedo saber que ya no quedan restos? Muy fácil, el día que puedan ver una foto de su ex pareja o hablar todo el día de ella sin que eso le provoque recuerdos, rabia o sensaciones anormales habrán conseguido quitarse los restos, les aseguro que la sensación es impresionante e indescriptible, una especie de orgasmo cerebral.

Sean conscientes de lo inconsciente y ganarán la batalla.

La autopista de la vida

lunes, 3 de octubre de 2011


La vida es una autopista, una gran autopista, unas veces nos toca correr en solitario por caminos inciertos y otras veces disfrutamos del viaje, a veces pisamos demasiado el acelerador confiados de nuestras habilidades mientras que otras veces conducimos con mucha precaución debido a las inclemencias del tiempo, de la carretera, o debido a nuestra falta de veteranía sobre las cuatro ruedas.

Unos son imprudentes al volante, viven al límite y disfrutan a cada curva, no importan los riesgos, otros sin embargo son más precavidos, llegan más tarde a su destino y no experimentan esa sensación de velocidad, para gustos los colores. Por supuesto, no todos partimos con el mismo automóvil, los hay con más potencia, los hay más versátiles o familiares, los hay clásicos y los hay deportivos, los hay robustos que están hechos para trepar en la naturaleza y los hay pequeños para quienes prefieren la ciudad, cada uno tiene unas necesidades y objetivos diferentes, de ahí que unos siempre quieran ganar, otros se conformen con la mediocridad, y otros siempre sean los lentos del pelotón.

Sea cual sea nuestro vehículo y nuestras necesidades a lo largo de la vida nos equivocaremos de camino, cambiaremos de preferencias y hasta modificaremos el carácter en función de los circuitos en los que nos haya tocado correr, nos arrepentiremos de no haber escogido la ruta correcta, mientras que otras veces nos enorgulleceremos de nuestra astucia de haber escogido el camino acertado y de haber llegado al destino, unas veces cogeremos el atajo y otras veces daremos la vuelta y otras veces nuestra libertad será limitada y nos veremos obligados a pagar peajes para poder avanzar en la vida, y es evidente que nuestro estado no siempre será el mismo, el tiempo hará mella en nuestra carrocería y en nuestros neumáticos, y muchas veces la falta de preocupación hará que el vehículo falle, claro que en la mayoría de casos y salvo accidente grave, habrá reparación, es cuestión de llevar un control sobre nosotros mismos y corregir aquellos errores, para así no llevarnos sustos y pinchar en medio de la carretera.

Como ven, la autopista existe, pero el camino lo hacemos nosotros muy a pesar de que no siempre podemos elegir, sin embargo hay algo que por encima de las circunstancias y preferencias he aprendido a lo largo de mi vida y que seguramente la DGT les recomienda; Nunca paren, pueden frenar, pueden ir marcha atrás y es posible que necesiten una reparación para volver a confiar en su automóvil, pero nunca paren, puesto que eso provocará el envejecimiento de su coche y su oxidación, así que emprendan camino, sean realistas acerca de cuales son sus posibilidades, no se ofusquen por los errores del pasado y no se comparen con el último deportivo de gama alta que acaba de salir al mercado, miren el nivel de combustible pues estoy seguro que todavía les queda mucho y sigan hacia adelante.

Ya saben, pisen el acelerador, mucho o poco, eso ya es su responsabilidad, pero por favor, ¡Písenlo!

 
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